Sin embargo, debe mencionarse también que la antigua experiencia española de la “olla podrida” se parece mucho al plato costarricense. Aquella se menciona en la obra cumbre de Miguel de Cervantes y Saavedra y no se refiere, de forma literal, a nada inmundo, sino al carácter nutritivo (“poderida”, poderosa) o muy alimenticio de esta comida. Venida a América hace poco más de un siglo, su receta fue adaptada a los condimentos locales, agregándosele diferentes verduras según la región en la que se cocine.
Aunque la preparación y presentación de la Olla de Carne es diferente de acuerdo con el toque que le dé cada cocinero, igual se trata de un típico sabor tico destinado al almuerzo. Consiste en un guiso tipo caldo (llamado “sancocho” en otros países), plagado de sabores y rico en nutrientes. Es elaborado con trozos pequeños y medianos de suave carne (como tiquiqueña, cecina o costilla de res) mezclados con variedad de verduras, tales como la yuca, papa o patata, chachota, tacacos, zanahoria, plátano (verde o maduro), auyama, calabacín, maíz (mazorca), batata (papa dulce), pejibaye, repollo, tiquizque, ocumo chino, camotes y especias. No debe faltar la cebolla, el culantro y chille.
Muchos prefieren hoy licuar parte o todos estos ingredientes en procura de un sabor diferente, creando cierta crema que será agregada al caldo con la carne. Acompañe la ingesta del alimento con bastante casabe, arroz, limones y tabasco. También con una parte de la verdura puede elaborar un picadillo e incorporarlo con tortillas a la mesa . ¡Es la saciedad al máximo!
La Olla de Carne es calificada como “reina de la gastronomía costarricense”. Por su sabor y eficacia alimenticia tiene bien ganada tal condición. Compruébelo y esté atento… volverá a repetir la experiencia.